martes, 30 de septiembre de 2014

martes, 9 de septiembre de 2014

Toronto Project. La vuelta


Toronto Project

 Hace algunos meses recibimos a través de Matti Joensuu un encargo peculiar. Se necesitaban voluntarios para ir a Canadá, a compartir parte de la práctica de la Soft Way con los compañeros de allí la práctica que se desarrolla en nuestro entorno.

Tuve la enorme fortuna de ser uno de los nominados para realizar esta tarea (junto con mi querido amigo José Jiménez).

Desde el primer momento se me plantearon grandes ilusiones acompañadas de esperanzas, dudas, incógnitas y un gran sentido de responsabilidad.

Pasados algunos meses, éste proyecto se transformó una realidad. Una realidad que se materializó en un viaje de tres semanas a Toronto, para compartir clases regulares con los compañeros de Naka Ima Aikikai y con un seminario en Budoka Aikikai (Sudbury).

Ambas experiencias han sido muy enriquecedoras para mi (y espero que para mis compañeros de allí también).

En Toronto me encontré con un gran Dojo como es Naka Ima Aikikai, en el que encontré a un grupo de compañeros de una gran calidad humana y marcial.

Un Dojo dirigido por Sensei Greg Angus, Deshi de Endo Sensei, un gigante (en cuerpo y alma) con una práctica extremadamente suave, cuya única pretensión es compartir con todos y cada uno de sus alumnos todo lo que lleva dentro (que es mucho), con una ausencia total de EGO, y siempre con una enorme sonrisa en la cara.

En el Dojo aparecen muchas personalidades (instructores) diferentes que han crecido desde orígenes muy diversos, y que siguen desarrollando su idea de Aikido: Jesse, Dino, Ben, Robert. De todos ellos he obtenido gratas experiencias y enseñanzas en lo humano y en lo marcial.

Quiero destacar la figura de Jesse, que es la persona que hace que TODO funcione en el Dojo. Desde el primer día me brindó toda su ayuda, respeto y apoyo incondicional, haciendo mi estancia más grata y fácil en todo momento.

Durante mi estancia en el Dojo he impartido clases y he recibido clases, pero en todas las ocasiones he aprendido del entusiasmo, la ilusión y la curiosidad que produce en la gente la Soft Way. Una semilla que crece día a día y que recibe un abono especial de parte de Greg y con la Visita anual de Matti Joensuu.

Posiblemente muchos de los alumnos de la escuela están asomándose a la ventana de la suavidad, del no estar, del no hacer, del no imponer, de la fluidez, del dejar estar. Es una ventana que da vértigo, pero que se atreven no sólo a mirar, sino a saltar a través de ella. Y espero haberles abierto un poco más esa ventana, pues era mi única intención.

No he querido convencer a nadie de nada, tan solo he mostrado mi idea de este Aikido (en el que aún me siento en pañales) para que se tenga una perspectiva más del mismo, y mostrar que no está reservado a los maestros extraordinarios (que nos guían en este camino), sino que se puede plantear en nuestra práctica desde el primer día que se pisa un tatami.

Y eso es lo que he sentido: respeto, curiosidad, estudio, aceptación y abandono.

Parte del Proyecto fue el seminario/visita que realicé a Sudbury, donde me reencontré con mi amigo Guy, el cual, junto a todos sus alumnos me trató de forma extraordinaria, organizándome un seminario, abriéndome las puertas de su Dojo y de su casa. Un dojo lleno de gente extraordinaria, muchos de ellos ávidos de sentir, de “probar” el Aikido suave. Me encontré con un Dojo donde su maestro ya ha plantado la bandera de Soft Way, y esta bandera está siendo sujeta por todos y cada uno de sus alumnos.

Un fin de semana pleno de sonrisas, de caras de asombro, de complicidad, de búsqueda y estudio, de satisfacción y de felicidad.

 

Canadá está lejos de todo, pero yo ya los llevo en el corazón a todos y cada una de las personas que allí me he encontrado. Y no están solos, son parte de una gran familia que crece bajo la protección de Endo Sensei.

Haber podido ayudar un poco a su desarrollo, me ha aportado más de lo que he recibido, seguro.

Por eso quiero dar las gracias a Matti, Greg, Jesse, Guy, Julie, Silvie, Ben, Veca, Gustavo, Eva, Mat, Denis, y todos los que me habeis acogido y me habeis permitido entrar un poquito en vuestras vidas, más allá del Aikido.

Toronto Project no termina aquí, sino que comienza aquí.

  

Toronto Project

A few months ago we received through a peculiar custom Matti Joensuu. Volunteers are needed to go to Canada to share part of the practice of the Soft Way there with fellow practice that takes place in our environment.
I had the good fortune to be one of the nominees for this task (along with my dear friend Jose Jimenez).
From the first moment I raised great hopes accompanied illusions, doubts, uncertainties and a great sense of responsibility.
After a few months, this project became a reality. A reality that materialized into a three week trip to Toronto to share regular classes with fellow Naka Ima Aikikai and a seminar in Budoka Aikikai (Sudbury).
Both experiences have been very rewarding for me (and I hope that my colleagues there too).
In Toronto I found a great Dojo Naka Ima Aikikai as is, where I met a group of fellow human and a martial quality.
A Dojo headed by Sensei Greg Angus, Deshi Endo Sensei, a giant (body and soul) with an extremely gentle practice, whose only aim is to share with each and every one of his students everything that is inside (which is alot) with a total absence of EGO, and always with a huge smile on his face.
Jesse, Dino, Ben, Robert: In the Dojo many personalities (instructors) who have grown different from very diverse backgrounds, and to continue to develop his idea of ​​Aikido appear. Of these I have gotten great experiences and lessons in the human and in martial.
I want to highlight the figure of Jesse, who is the person who makes it all work in the Dojo. From the first day I gave all your support, respect and unconditional support, making my stay pleasant and easy at all times.
During my stay at the Dojo I taught and I've been taught, but every time I have learned the excitement, enthusiasm and curiosity that occurs in people the Soft Way. A seed that grows daily and receiving a special fertilizer from Greg and the annual visit of Matti Joensuu.
Possibly many of the students at the school are looking out the window of the softness of not being, of doing, of not imposing, fluency, leave the room. It is a window overlooking, but they dare not only to look but to jump through it. And I hope I have a little more open that window, it was my only intention.
I did not want to convince anyone of anything, I've just shown my idea of ​​the Aikido (which I still feel in diapers) for a perspective more of it you have, and show that it is not reserved for extraordinary teachers (who guide us in this way), but may arise in our practice from day a tatami is pressed.
And that's what I felt: respect, curiosity, study, acceptance and abandonment.
Part of the project was the seminar / visit I made to Sudbury, where I met again with my friend Guy, who, with all his students treated me in an extraordinary way by organizing a seminar, opening the doors of his dojo and home.. A dojo full of extraordinary people, many of them eager to feel, to "test" the soft Aikido. I found a dojo where his master has planted the flag of Soft Way, and this flag is being held by each and every one of his students.
A weekend full of smiles, astonished faces of complicity, search and study of satisfaction and happiness week.

Canada is far from everything, but and in my heart each and every one of the people I have found there. And they are not alone, they are a big family that grows under the protection of Endo Sensei.
I could help a little to its development, has brought me more than I have received, for sure.
So I want to thank Matti, Greg, Jesse, Guy, Julie, Silvie, Ben, Veca, Gustavo, Eva, Matt, Denis, and all of you who have welcomed me and ye I allowed to enter a little in your lives, more Aikido beyond.
Toronto Project does not end here, but it starts here.