Este pasado fin de semana tuve la suerte de compartir con compañeros de Granada, Murcia, Alicante, Cádiz y Barcelona un magnifico seminario en Güejar Sierra (Granada) dirigido por Dirk Muller Sensei.
Conocí a Dirk hace ya muchos años en los seminarios de Endo Sensei, de los cuales era y es asiduo. Siempre ha sido alguien muy respetado en nuestro entorno, por su practica y por su trayectoria dentro del Aikido.
He de reconocer que en mis primeros años de practica era un hombre que me daba miedo... Si miedo. No por lo que emanaba tanto de su practica como de su persona, sino que era un miedo escenico por ese enorme respeto que traslada su presencia.
Lo conocí mejor en el segundo Kimusubikai en Klagenfurt cuando la mala fortuna hizo que en la ultima clase me fracturara dos dedos del pie en un encuentro accidental con un compañero durante un iriminage.
De repente aparecio Dirk, con esa tranquilidad que despide para calmarme, me dice "don´t worry", saca una madeja de enormes agujas y comienza una corta pero efectiva sesión de acumputura, que unida a un vendaje sinple y efectivo me salvo el dia. ¡Menudo descubrimiento!
Desde entonces, muchas han sido las ocasiones que me han llevado a encontrarme con Dirk, y cada vez que he practicado con el he tenido esa extraña sensación que se tiene cuando se practica con un maestro y te mueves entre el respeto y el estudio. Poniendo un poco a prueba todos sus conocimientos, pero a la vez siendo lo suficientemente respetuoso como para no ofenderle.
Este seminario me ha mostrado un maestro solido, con los conceptos más complicados tan claros que puede transmitirlos desde la simpleza y la claridad. Una gran cercanía. No hay barreras. Todo se muestra, todo se enseña, nada se queda en la caja de los secretos. Un estudio de momento del encuentro del trabajo a través del conocimiento del espacio propio, de nuestra extensión del KI, de un estudio de la intención del compañero, y de la canalización natural de la misma con la naturalidad con la que se respira.
No solo en la practica, sino en el trato personal , con una visión muy particular de la vida, y del aikido como parte de la vida, Dirk no deja indiferente.
Compartir con el una buena copa mientras se charla de seminarios pasados, de maestros perdidos, de las preocupaciones, responsabilidades y satisfacciones que otorga el grado y la posición de Deshi de Endo Sensei.
Sin duda ha sido un lujo que pienso repetir en cuanto pueda.
Recomendado al 100%.
No quiero olvidarme de agradecer a Luis Mochon y a Guillermo Balderas el darnos la oportunidad de disfrutar de este curso
Simplemente comentar que estoy muy contento por ti, con lo que has rodado por todos los tatamis del mundo, hacer un re-descubrimiento de esta magnitud reafirma el sentimiento (por lo menos el mío) de que todavía existe mucho Aiki que vivir y compartir.
ResponderEliminarMe siento cada vez más que afortunado de poder estar rodeado de gente que camina y va haciendo su camino dentro de la vía de 'Endo Way'...
Fuerte Abrazo