El 9º Congreso de la Federación Internacional de Aikido (IAF) se celebró en el Centro Olímpico de Yoyogi, Tokyo, del 7 ak 12 de septiembre. Este evento incluía seminarios y exhibiciones. Los seminarios fueron muy interesantes e intervinieron gran número de participantes, alrededor de unos 600. Las exhibiciones fueron realizadas por los miembros más representativos de los diferentes paises de la IAF. A pesar de que conocía un poco a la mayoría de los representantes que estaban realizando las exhibiciones, así como su historia de práctica y espíritu, observé las exhibiciones desde el principio hasta el final. Mientras las observaba fui afortunado de llevarme la impresión de que la mayoría de las exhibiciones eran buenas, pero hubieron dos o tres que destacaron. Desde entonces, en cualquier sitio donde observo exhibiciones trato de fijarme en cualquier detalle: cómo entran en el lugar de práctica, la forma en que caminan, se sientan y saludan. El resultado de esta observación fue darme cuenta de que existe una relación relevante entre el comportamiento y la exhibición. Aquellos que ofrecieron una buena exhibición, desde el momento en que entraban en el dojo y se ponían frente al compañero después del saludo, exhibieron la actitud de estar en una situción seria. Estaban integrados de unas sensaciones completas, sus cuerpos estaban relajados y su actividad corporal global bien establecida. Practicamos budo en el formato de ataque y defensa con el compañero. Consecuentemente, tratamos de llegar a ser compatibles con la absorción del compañero, evitando malos hábitos y resistencia o fuerza. En práctica de kenjutsu, en la que se usan armas, hay una principal advertencia de que cualquier contacto puede cortar. Sin la correcta postura o distancia, las armas no pueden ser usadas efecivamente. Además, si usamos las armas de una forma pobre creamos una situación de peligro para el practicante; la práctica debe ser seria y atenta. También hay una demanda de seriedad y atención en la práctica de mano vacía, la distancia es más cercana y hay un contacto directo con el compañero, que podría derivar a un sentimiento de rigidez de forma institiva. Cuando uno trata de ganar al adversario, ello se convierte necesariamente en una potencial producción de daño, que puede causar sufrimiento, incrementar la tensión y desarrollar malos hábitos. Consecuentemente, la seriedad y la atención se pierden y el movimiento se vuelve indolente y temerario. Para evitar estas cuestiones es necesario preocuparse de que las técnicas sean efectivas, así simplemente hay que repetir las formas, tanto tori como uke, de una forma correcta. Es crucial la simultaneidad y el cuidado para observar el uso del cuerpo y la mente de cada uno, y la relación entre ambos, entre los dos, durante la técnica. Uno debe ser consciente de usar el tiempo necesario para absorber dentro del cuerpo y desde las técnicas, tanto en los movimientos pequeños de los brazos y las piernas, como en los movimientos largos y simples, y siempre en un camino de no uso de la fuerza. Con base en todo lo anterior, debemos considerar las exhibiciones como un lugar de seriedad, en el que se muestra el cultivo de la práctica diaria, de la extrapolación técnica al estadio mental/sentimental, y así podremos esperar un buen resultado durante esos eventos. Es especialmente en esas ocasiones donde uno debe ser consciente del compañero y su relación con la técnia, y percibir un sentimiento de humildad y mente vacía. Noviembre 2004
Por Endo Sensei
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