jueves, 6 de marzo de 2014

Aikido junto o por separado

Cuanto más tiempo estudio Aikido, más confuso me siento con algunos conceptos a la hora de ser capaz de integrarlos a mi práctica (y vida), y a la vez estoy más convencido de que tengo que seguir estudiándola para alcanzar una mayor comprension de la herencia de O´Sensei.

Si quisiéramos ser simplistas (Cada uno puede serlo... Yo lo he sido) se puede dividir el Aikido en 2 fases bien diferenciadas: la marcial y la filosofica o espiritual.

Pero tengo (tenemos muchos) la impresion de que no se puede separar una de otra o mejor dicho, ambas partes están intimamente ligadas de forma que cuando se intenta anular o desplazar una de las dos, el Aikido (me atrevería a decir que todas las artes marciales tradicionales japonesas y chinas) pierde su significado e identidad.

O´Sensei así lo enseñaba. Para él el Aikido era UNO, no lo concebía por separado.

Seguramente cuándo se inicia la práctica del Aikido la parte física prima sobre las demás, y hasta que la práctica se torna en estudio, resulta difícil ahondar en la farte filosófica y religiosa, ya no solo de nuestro arte sino del Budo en general.

Para hacerlo es imprescindible recurrir a la lectura y estudio del Budismo, el Shintoismo y el Zen, así como las grandes enseñanzas de los samuráis en el campo militar, cultural y vital, es decir, los mismos estudios que llevaron a O´Sensei a una mayor comprensión del verdadero destino del Aikido como conductor de la armonía universal.

Con este artículo no pretendo descubrir nada nuevo... Todos los grandes maestros de los que he tenido el gusto de leer o conocer a través de otros maestros ya lo decían de forma continua.
El mismo Endo Sensei en cada seminario a los que asisto de él, siempre hace referencias espirituales a las enseñanzas del fundador, y a las suyas propias.

Tan solo pretendo animar a mis compañeros aikidokas a que no renuncien a esta parte del Aikido, de igual forma que no renuncian al GEIKO.
 

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